Natural de Landshut (Baviera), donde nació en 1804, estudió teología en las universidades de Heidelberg y de Berlín, y filosofía en la de Erlangen, influido por Hegel. Tras obtener el doctorado en filosofía, pasó a ejecer como docente en esta última universidad, pero abandonó esta actividad a los dos años. En sus escritos confluyen el espíritu hegeliano y el misticismo alemán. Es autor de Pensamientos sobre la muerte y la inmortalidad del alma (1830), Historia de la filosofía moderna, de Bacon a Spinoza (1833), La filosofía y el cristianismo (1839), Principios de la filosofía del porvenir (1843), La esencia de la religión (1846) o La esencia del cristianismo (1841).

Feuerbach tuvo una moderada actución política, enfrentándose al poder del Estado feudal prusiano y criticando tanto al cristianismo como al Estado. Murió en Rechenberg en 1872. De él pudo escribir Søren Kierkegaard: «Es falso cuando la cristiandad actual dice que Feuerbach ataca al crisitianismo. ¡No es verdad! Ataca a los cristianos, mostrando que su vida no se corresponde con la doctrina del cristianismo».