Boff ha dedicado la mayor parte de esos ochenta años a la defensa de causas nobles. Su pensamiento y su acción responden a una voluntad de coraje y lucidez, que ha sabido poner en práctica. 

Boff fue uno de los pioneros de la teología de la liberación. Inspirado en la tradición franciscana y con un profundo conocimiento de la teología cristiana y de la práctica política crítica, nunca dejó de denunciar el capitalismo como un sistema intrínsecamente perverso e inhumano, dedicando su vida a la causa de la emancipación y liberación de los humildes de la tierra. 

La Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe calificó de erróneas sus ideas de liberación desde el lugar del pobre y su crítica al autoritarismo de la iglesia, condenándole a un año de "silencio obsequioso"; posteriormente fue objeto de una censura formal, lo que le llevó a abandonar cualquier vinculación institucional con la iglesia.

A lo largo de sus últimos años, Leonardo Boff abre un nuevo capítulo en la historia de la teología de la liberación, integrando en ella la dimensión ecológica y la defensa de la Madre Tierra como Casa Común, hermanando el grito de los pobres y el grito de la tierra.

Los escritos y el pensamiento de Leonardo Boff constituyen una invitación a acometer un futuro diferente y una nueva civilización fundada en la hospitalidad inclusiva y la solidaridad comprometida como alternativa ética a la barbarie y a la amenaza que pesa sobre la vida de la tierra y de sus habitantes más empobrecidos.

Merece la pena celebrar el cumpleaños de un pensador-activista que ha sabido movilizar conciencias y ofrecer alternativas. 

El libro homenaje que se ha publicado con este motivo lleva por título Ternura cósmica.

Así es Leonardo Boff.

[Texto basado en el prólogo de Michael Löwy al libro de Leonardo Boff, Reflexões de um velho teólogo e pensador (Vozes, Petrópolis, 2018)].