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Un pensamiento que quiere humanizar la sociedad

por José Sols Lucia

El pensamiento social cristiano es la Cenicienta del pensamiento social contemporáneo. Se trata de un corpus sumamente interesante y al mismo tiempo casi completamente ignorado en los tratados de pensamiento económico, social o político. Parece que la historia le haya querido pasar factura a la Iglesia católica ?probablemente con razón?por el hecho de que el cristianismo fuera religión oficial en todos los reinos de Occidente durante muchos siglos, demasiados; por ello, la Modernidad, iniciada en el siglo XVI y consolidada con la Ilustración, la Revolución Industrial y el desarrollo científico desde los siglos XVIII y XIX, ha tenido un progresivo nervio anticlerical. Ahora bien, después de esta inevitable ley del péndulo, conviene que el pensamiento social cristiano vaya encontrando poco a poco su sitio natural en el pensamiento social contemporáneo, pudiendo presentarse como lo que es: una reflexión interesante, humanista, crítica, acerca de lo social, lo económico y lo político inspirada en la fe en el Dios Padre de Jesús, del mismo modo que otras corrientes de pensamiento se inspiran en otras fes, religiosas o no, explícitas o implícitas. No olvidemos que no hay ningún corpus en todo el siglo pasado que haya abordado con tanta valentía y al mismo tiempo la crítica del capitalismo, la crítica del socialismo, la crítica de dictaduras y totalitarismos, la crítica de la guerra, la crítica de la sociedad de consumo, la crítica de la desigualdad social Norte-Sur y la crítica del progreso tecnocientífico sin brújula antropológica. Ahí es nada.

 

Paradójicamente, a pesar de su forzado exilio intelectual, la aportación del pensamiento social cristiano, y en particular de la doctrina social de la Iglesia ?que recoge documentos de carácter oficial redactados por papas, concilios, sínodos de obispos o conferencias episcopales?, ha sido en algunos momentos muy importante. Pondré dos ejemplos. En primer lugar, la Economía Social de Mercado?y su réplica sociopolítica, el Estado del Bienestar? tiene su origen en la lectura que de las encíclicas Rerum novarum (León XIII, 1891) y Quadragesimo anno (Pío XI, 1931) hicieron un grupo de economistas y teólogos alemanes, en concreto los jesuitas Oswald von Nell-Breuning y Gustav Gundlach, y el dominico Arthur Fridolin Utz, con el fascinante precedente del economista británico John M. Keynes, y su política económica para sacar a los Estados Unidos de la crisis de los años treinta en tiempos del presidente Franklin D. Roosevelt.Y en segundo lugar, el papa Juan XXIII desempeñó un papel clave durante los trece días que duró la crisis de los misiles de Cuba, en octubre de 1962, fruto de lo cual se decidió a redactar su encíclica Pacem in terris (1963), publicada poco antes de morir, donde habla de la necesidad de que haya una Autoridad Mundial, democrática, que gobierne lo que hoy, en pleno siglo XXI, denominamos globalización.

 

En julio de 2012, fui invitado a impartir un curso de pensamiento social cristiano a líderes de comunidades hispanas del Oeste de los Estados Unidos, en el Instituto Hispano de la Jesuit School of Theology of Santa Clara University, en Berkeley, California. El curso tuvo lugar en cinco sesiones, que son el origen de este libro, Cinco lecciones de pensamiento social cristiano, cuyo título es un guiño a aquella pequeña gran obra del filósofo Xavier Zubiri, Cinco lecciones de filosofía, padre intelectual de Ignacio Ellacuría, de quien me siento discípulo (véase mi libro La teología histórica de Ignacio Ellacuría, de 1999), o sea, de algún modo, mi abuelo intelectual.

 

En este libro abordo cinco temas que me parecen de enorme interés: 1) La construcción personalista de lo social;  2) la antropología cristiana como fundamento primero de los derechos humanos; 3) el destino universal de los bienes como marco del derecho de propiedad;  4) de la antinomia Capitalismo/Socialismo a la Economía Social de Mercado; y 5) de la violencia estructural a la paz justa a través de la reconciliación política. Espero que estos estudios ?que tienen un marcado estilo pedagógico por el hecho de haber nacido en un curso dirigido a no especialistas?sean el inicio de interesantes diálogos con futuros lectores. Y espero también complementar en los próximos años este curso con otras lecciones de igual interés, como, por ejemplo, los movimientos migratorios, el proyecto de gobernabilidad democrática global, los nacionalismos, la crisis del trabajo o la ética política.

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